martes, 19 de octubre de 2010

Entrevista al grupo ATRIL

Róbinson Sáenz | En una casa en el sector de la Clínica León XIII ensayan los integrantes de la Asociación Tropical de Invidentes sin Límites, mejor conocidos como la Orquesta Atril. Ellos animan fiestas y llevan música y alegría a los municipios de Antioquia y del país.
Ojo pues, que no los vemos gozar
LA ASOCIACIÓN TROPICAL de Invidentes sin Límites, mejor conocida como Atril, recorre el departamento y el país llevando alegría, gracias a una orquesta de música tropical y parrandera, y a su buen humor. Un humor que los hace reír hasta de su discapacidad.
Paola A. Cardona Tobón | Medellín | Publicado el 28 de marzo de 2010
Los llamaban los 4-40, como aquel famoso grupo de Juan Luis Guerra. El motivo: solo sabían interpretar cuatro canciones que repetían unas 40 veces. Y lo dicen con risa. Hoy, su repertorio incluye más de 300 temas populares, rancheras, vallenatos, cumbias, porros, merengues y todo lo que la gente les pida y, eso, dicen, es lo que más gusta del grupo.

En una casa, cercana a la Clínica León XIII, que les prestó la Sociedad San Vicente, ensayan y dictan talleres de música. Es el hogar de la Asociación Tropical de Invidentes sin Límites (Atril).

"Hola, sí, holaaa", Luz Marina González o La Parranderita, prueba el sonido del micrófono. Santiago Restrepo, Anderson Arbeláez, Fernando Arias, Ana Ramírez, María Elena Villa y Ana Rita Giraldo preparan sus voces e instrumentos.

Y... "un, dos, tres, para beber guarapera, de este sabroso guarapo... Grupo Atril, ¡ay riiicooo", anima Luz Marina, que comienza a cantar moviendo sus manos de uñas moradas y sus labios pintados de un tono rojizo que acaba de retocarse.

"Nosotros tocamos piano, bajo, timbal, congas, timbres y la puerta de la casa para que nos abran", cuenta Fernando que es el director ejecutivo y fundador de Atril.

Después de Guarapera, el ambiente ya es de parranda. La única a la que le llegan algunas imágenes a sus ojos es a Ana Rita y es ella la que ayuda a acomodar a sus compañeros, que igual, dominan sin mayores inconvenientes ese espacio.

Hacen presencia en fiestas familiares hasta en actividades tradicionales de municipios antioqueños y de Colombia. Incluso, estuvieron ya dos veces en las ferias de Manizales y Cali; en Bogotá y Putumayo.

"Pero ya lo que queremos es salir del país e ir a Yarumal, Anorí, Titiribí; a ciudades como Laureles; a otras naciones como Barranquilla y a otros continentes como Cundinamarca, jaja".

Ellos ven más allá
La agrupación nació hace 12 años en el Club de Vida Santa Inés, de Manrique, afirma Fernando, pero como una chirimía. "Éramos cuatro y un día nos contrataron para hacer un toque, otro grupo nos hizo la segunda con instrumentos y sonó bueno. Pensamos, entonces, en formar una orquesta".

La Alcaldía los apoyó con instrumentos y empezaron a capacitarse. Con los integrantes actuales, Atril lleva unos seis años.

El Apachurrado, La Pipiripao, El Morroy Mariposa Traicionera son los temas que más les piden. Igual las de Pipe Bueno, Los Corraleros y las de "Ruperto Aicardi, así nos decía una señora una vez. Hasta que le entendimos que era Rodolfo".

Su espectáculo dura unas dos horas y media, aunque depende de la celebración, porque una vez, recuerdan, se quedaron siete horas en el municipio de San Vicente.

En Manizales 2007, interpretaron sus canciones en la clausura de la feria ante unas 19.000 personas. "Iniciamos con un pasodoble y todos se emocionaron. El aplauso para los que llevamos la música en la sangre, nos hace sentirnos vivos", expresa Anderson, de 22 años.

A veces, complementa La Parranderita, no bailan porque se dedican a mirarlos. "Nos observan y nos dicen, qué va, ustedes sí ven".

Por eso, con trovas y chistes relajan el ambiente y animan a los asistentes para que se dediquen mejor a parrandear. De ahí las frases de Luz Marina: "Ojo pues, que no los vemos gozar", "los queremos ver bailar" o "necesitamos un milagro, que nos hagan ver".

Santiago y Anderson interpretan Pero te vas a arrepentir , del Charrito Negro. En su solo, al más joven de los integrantes se le sale un vozarrón que no parece tener en su delgado cuerpo. Cierra los ojos y le pone un sentimiento que acompaña con las notas de su bajo.

Los admiran y quieren
Muchos de ellos eran "amigos de vista" como narran. Algunos se conocieron en el Instituto Nacional para Ciegos (Inci) o a través de conocidos. Una vez se unieron, lograron conformar una orquesta sólida, de amigos que se reúnen a pasarla bien y a vivir de la música.

Y, no solo trabajan por ellos y sus familias, quieren crear consciencia para que la ciudadanía los perciba de una manera diferente.

Por eso, trabajan con la comunidad a través de los talleres que dictan, de la Re Vista Discapacidad que va en su edición número dos y de actividades lúdicas como el Factor X que preparan con un grupo de niños de la zona aledaña a la Clínica.

Estefanía y Geraldine Acevedo, y Estefanía Duque acuden al comedor de la Sociedad San Vicente y ensayan con ellos varios días a la semana para montar las canciones con las que participarán en el concurso.

"Ellos cantan muy bueno. Los admiramos porque tocan tan bien que uno no se acuerda que no pueden ver", manifiestan las niñas.

Los músicos les dan las notas de Celos , de Fanny Lu. Ellas toman los micrófonos y comienzan a cantar, pero Luz Marina, a lo lejos, debe darles la pauta, porque aún desafinan.

A los espectáculos llegan con un vidente que les ayuda a hacer los montajes y Fernando, con su reloj en braille, controla el tiempo.

Los fines de semana tienen más movimiento, en ocasiones, con unas cinco presentaciones por día. En promedio hacen de 120 a 130 en el año, pero anhelan aumentar esa cifra para contagiar más su alegría.

Incluso, sueñan con tocar en la Feria de las Flores, en la que a pesar de haber adelantado gestiones, no han podido subir a un escenario.

Fer se sale de sus timbales y se ubica cerca del bafle para escuchar mejor el tema de las niñas. "Me voy a hacer por aquí, porque casi nunca tengo oportunidad de verlos de frente".

Las carcajadas se sienten y se escuchan nuevos chistes. La Parranderita entona Herencia Gitana . "Este es el grupo Atril, ¡ay! Ricooo...".

Cantan y los pies empiezan a moverse, aunque se esté sentado. El corazón se regocija, quiere parranda.
» Contexto
Otra idea: crear la Re Vista Discapacidad
Fernando Arias es licenciado en Pedagogía Reeducativa y creó, además de la Orquesta Atril, la Re Vista Discapacidad, una publicación que pretende que la comunidad se sensibilice y se entretenga. "Se trata de que la gente conozca la realidad de las personas con discapacidad y pueda leer otros temas de interés", comenta.

El líder de la agrupación cuenta que hay que cambiar muchas percepciones de los ciudadanos que se orientan a que aquellos que tienen alguna incapacidad física son de mal genio y "que no aguantamos nada. Esto se demuestra con la orquesta, el público se sorprende y olvidan que no podemos ver".

La publicación va por su segunda edición y cuesta mil pesos. Buscan patrocinio.

» Interacción y participación
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Ojo pues, que no los vemos gozar